Por eso soy ahora una maestra en eso
Sobre todo, ¡no hables demasiado de ti ! Muchos hombres tienen el defecto de pensar que para seducir, deben contar sus éxitos, alabarse de sus cualidades, de su superioridad. Ahora bien, el que sólo habla de él, sin prestarle verdaderamente atención a la mujer, solo logra ser grosero.
